lunes, febrero 13, 2006

La vida, el amor, o simplemente amor por la vida

Por Maribel Hernández

Es hoy un lunes muy soleado, y me ha pasado por la mente el concepto o definición de la vida y el amor, ¿Cómo saberlo?, si al poner atención en las personas que cruzan por tu camino cada minuto, se siente que están muertas en vida, que no dejan ver una sola gota de amor en su mirar, se desplazan en automático, cubren lo básico y se dejan arrastrar por la cotidianeidad o más cruel aún por la rutina.
A mis treinta y tres, me estoy deteniendo por un minuto a determinar, de acuerdo a lo que soy, ¿Qué es el amor?, ¿Qué es la vida?, y si nunca has amado, o vivido, ¿Cómo poder hablar de ello?... Hoy me sentí afortunada, porque verdaderamente, a ambos ya tuve el gusto de conocerles… el amor… como no confundirlo con el simple querer, si en mi vida he querido mucho, y en ocasiones he creído que eso era amor.
Hace unas semanas viví la mejor experiencia de mi vida, me enamore, con ese amor sublime que solo crees existe en los cuentos de hadas, lo descubrí cuando pude verme en sus ojos, lo cual me embeleso por completo. La profundidad de su mirada, solo reflejaba lo que sentía al verme, sin perder detalle... me deje envolver por él; su cercanía, su olor, me atraparon, como en un callejón sin salida. Llegar a olerlo, sin falta, cada día, para después perderme en sus ojos, aún cuando solo fuera un instante. Cada roce de sus manos en mi cintura, era como si probara que un fino instrumento estuviese afinado, exacto el punto, el momento… la cercanía de su boca en mi cuello, me alteraba, me producía mucho calor, como una ráfaga que entra, te recorre de pies a cabeza, sale, te descubre…para después solo esperar el momento que mis labios se toparon con los suyos, para lo inevitable: la entrega de un beso.
Había besado a muchos hombres hasta este momento, pero nunca tan prolongado, tierno y apasionado… sentir el movimiento de su boca en juego con la mía, el apretar de sus manos en mi espalda, en un abrazo, que me hubiese gustado eterno, como si a través del roce: la energía, el olor, la mirada, te llevaran a verle por completo, llegando hasta el Alma, como si le conocieras de toda la vida.
En los días posteriores, la escena se repetía una y otra vez, hasta el momento en que ya no pude soportar, no sentir su piel en contacto con la mía; El ritmo era perfecto: lento, tierno, apasionado… con la emoción de un niño a punto de recibir el regalo más anhelado… sus manos, su boca, recorriendo cada pieza de mi cuerpo, como el nuevo juguete que ardes en deseo de saber como funciona, tratándolo con cuidado, paso por paso, sin prisa… cada beso, cada caricia, conseguía un deleite extaciante… cada poro vibrando sin detenerse un solo segundo… el solo recordarlo me lleva una vez más a ese momento de suplica: por sentirlo, de una vez por todas, parte de mí, una y otra vez, sin cesar, con una continua oleada de placer, de esa que te arrastra hasta perderte… en lo profundo del mar, del cielo en la tierra… para después quedar en la orilla exhausta, con una sensación de felicidad embriagadora, que continua con el paso de las horas y no se detiene, como un motor en marcha, con energía de sobra… para más de un día, para más de una semana, que además va limpiando todo aquello que pudiera haber estado maltrecho, como si reciclara desperdicios y a cambio obtuvieras sensibilidad pura, limpia, la cual, sirve para vivir y no para sobrevivir, que es lo que la mayoría hacemos: sobrevivir.
Limpio el ser, es increíble lo perceptivo que puedes ser con todo lo que te rodea, estoy viviendo como resultado de haberme perdido en los ojos del alma de alguien, que corrió el riesgo de amar y ser amado, ese riesgo que evitamos minuto a minuto, por miedo a salir lastimados… pero ¿Qué es la vida?... es ese minuto en el que estamos dispuestos a arriesgar todo lo que somos, por ese instante de cielo en la tierra, de paraíso anhelado. ¿Cuántos mueren sin haber conocido, por lo menos, la entrada a la felicidad?
¿Lo volvería a hacer?... por supuesto… volvería a perderme en los ojos de aquel que este dispuesto a tomar el riesgo de vivir.

No hay comentarios.: