Invasión a la intimidad

Por Maribel H. Tuve un fin de semana bastante ajetreado, desde el viernes, no pintaba para nada algo de tranquilidad. Estaba terminando de trabajar, cuando recibí una llamada poco usual, era mi prima, se escuchaba preocupada disculpandose por darme la mala noticia, habían entrado a robar a mi casa, me puse muy nerviosa, ya que tardaría como dos horas en cruzar toda la ciudad, lo más importante es que a mi familia no le había pasado nada; al llegar cheque lo que faltaba, no fue mucho, pero se llevarón la que ultimamente había sido mi compañera inseparable, mi computadora, a la que no le dejo de llorar. Fuí a la delegación a levantar el acta, en general me trataron bien, fue relativamente rápido el trámite, vino el MP a checar lo que se habían robado, para darle el informe a perítos y judiciales, estos últimos me interrogaron y quedaron en investigar. Creo que la respuesta de las autoridades fue buena en general, pero débil como para encontrar a los responsables. En fin, ya no me quiero estresar, cambie chapas y mande enrrejar; ya formo parte de las estadísticas del délito en mi bella ciudad. Que horrible es eso de invasión a la intimidad, al espacio personal. Que tengan un buen inicio de semana.